El Cementerio de los
Ingleses, protagonista de la simpar novela de Jose María Mendiola, existe realmente. No se trata de ninguna invención. Si visitáis la
ciudad de San Sebastian y buscáis el monte Urgull, en cuya cima se halla el
Castillo de la Mota, toparéis sin falta con él.
El cementerio se
encuentra en una ladera de dicho monte. Es un lugar silencioso y hasta
recogido, donde, como sucede en todos los camposantos, reina una gran paz.(…)
Un cementerio es un
lugar donde duerme la historia. Pero la historia a veces despierta y, como en
el mismo libro que hemos leído, vuelve a escribir en los huecos vacíos que deja
la memoria.
La víspera de nuestra
excursión, el Cementerio de los Ingleses despertó y desde su letargo nos enseñó
unos cuerpos de soldados anónimos cuya vida quizás despierte la curiosidad de un
adolescente que quiera resolver, una vez más, el enigma de su familia.
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